El mundo inmobiliario y la odisea que representa para las personas alquilar una vivienda suma una ilegalidad más. Esta fue contada en redes sociales por el propio afectado y, al igual que la mayoría, tienen algo en común: el estado de indefensión de quienes deben alquilar.
Con un mercado cada vez más ajustado, con menos oferta que demanda y un número creciente de propietarios que deciden poner en venta sus inmuebles, los inquilinos se enfrentan, en forma cada vez más frecuente, a condiciones leoninas, contratos ilegales y abusos de todo tipo a la hora de intentar acceder a un techo alquilado. En tal sentido, un informe realizado por Re/Max, advierte que 7 de cada 10 propietarios no respetan la ley y fijan subas por encima de la inflación, eludiendo cumplir con la ley que determina cómo calcular el incremento mediante un índice que publica el BCRA.
El caso de Pablo, que cuenta su historia a través de la red social twitter bajo el usuario @fernandezpablo, es un reflejo de los pesares de muchos, que ilustra hasta dónde pueden llegar las arbitrariedades: al finalizar el contrato de locación, el dueño le comunicó que no renovaría porque quería vender la propiedad. Entre los motivos que expuso el propietario está el de la baja renta en dólares y las condiciones contractuales que fija la Ley.
Pero, ante la insistencia de Pablo por quedarse un tiempo más hasta encontrar otro departamento, el dueño propuso un contrato por 8 meses (y no por tres como establece la ley vigente desde 2020). Sin embargo, este parche provisorio iba más allá, debido a que en la parte donde estipula el monto a abonar, el contrato decía que “De común acuerdo se fija para este nuevo periodo de locación un importe mensual de pesos o de la moneda que en futuro pueda reemplazarla”.
“Lo que parece risueño es una flagrante ilegalidad que expone cuán vulnerables se encuentran los inquilinos”, destacan desde las asociaciones que nuclean a quienes deben alquilar una vivienda. Además, otra cláusula del contrato por ocho meses destaca que como ambas partes “analizaron perfectamente los mercados, no pueden después aludir a la ley de imprevisibilidad”, según cuenta Pablo.
Sin otra alternativa, Pablo firmó el curioso contrato en un escenario que refleja la gran incertidumbre que impera entre los inquilinos. “A un año de la nueva Ley de Alquileres, los propietarios e inmobiliarias siguen siendo quienes tienen capacidad de imponer condiciones, más allá de la norma, aprovechando la demanda creciente de un bien escaso”, subrayan los referentes de los locatarios.