El Gobierno promulgó la ley de incentivo a la inversión, construcción y producción argentina, norma que prolonga por un año el régimen de blanqueo con la intención -principalmente- de incentivar la reincorporación tanto de pesos como de dólares al sistema formal.
La reapertura del Blanqueo de Capitales puede representar un adicional de inversión privada de entre 4.000 y 4.500 millones de dólares y que sin lugar a dudas multiplicará el trabajo y servirá de motor para la reactivación de la construcción y del aparato productivo nacional en general; además de sumar unidades habitacionales en el mediano plazo a un mercado que no logra satisfacer la demanda.
Es importante entonces resumir en esta columna los beneficios del blanqueo de capitales para la construcción en un marco de volatilidad económica, donde la construcción, sigue siendo un refugio para los inversores.
Los puntos más relevantes de la Ley:
· Se amplió el plazo para blanquear de 120 a 360 días desde su entrada en vigencia.
· Permite ingresar dólares no declarados pagando un impuesto de: cinco por ciento los primeros noventa días., de diez por ciento los segundos noventa días y de veinte por ciento los últimos ciento ochenta días.
· El dinero que ingresa se deposita en una cuenta llamada “Cuenta Especial de Depósito y Cancelación para la Construcción Argentina”. Los destinos de esos fondos deben ser aplicados a obras privadas nuevas que se realicen a partir de la entrada en vigencia, o que tengan un avance de obra inferior al 50%.
· Se incluyen construcciones, ampliaciones, instalaciones y otros registrados o autorizados por las autoridades de cada lugar además tiene una eximición del impuesto sobre los bienes personales sobre el valor de las inversiones y computará el 1% del valor de la inversión como pago a cuenta.
· Se privilegian los proyectos que contraten por un año a beneficiarios de planes sociales y las provincias podrán aplicar exenciones impositivas como incentivos y la norma no incluye ningún tipo de penalidades para quienes decidan blanquear
En nuestro desarrollo integral, el complejo de usos mixtos “Madero Harbour” en Puerto Madero, que cuenta con edificios residenciales, oficinas, espacios de coworking, entretenimiento, estacionamientos, locales gastronómicos y un proyecto de centro comercial, se encuentra la torre más alta y exclusiva de barrio, “Harbour Tower”, diseñada por el arquitecto Carlos Ott, actualmente en etapa de finalización de la estructura de hormigón y pronta a comenzar su frente vidriado, que la distingue de todas los demás. Esta torre de 192 metros de altura cambiará el skyline porteño y es un ejemplo que representa una oportunidad para fomentar este tipo de inversiones genuinas.
Para crecer la Argentina necesita urgentemente motorizar la inversión, que se genere trabajo, de modo que tal impulso a la demanda sea genuino y sostenible en el tiempo; nuestra actividad es ideal a esos fines. En definitiva, esta medida económica se traduce en un gesto positivo para todo el mercado del desarrollo en Argentina.
Por Ivan Ginevra, CEO de GNV Group.