En una comunicación a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, YPF informó que canceló los contratos con el grupo belga Exmar para utilizar una barcaza de gas natural licuado (GNL) instalada en el puerto de Bahía Blanca. De esa manera, quedaron sin efecto los convenios firmados en 2018 por la gestión de la empresa encabezada por Miguel Gutiérrez que generaron exportaciones de GNL a pérdida.
Mediante el acuerdo entre YPF y Exmar, la petrolera deberá abonar USD 150 millones y Exmar no tendrá derecho a iniciar reclamos arbitrales o judiciales. Según explicaron fuentes del sector energético, para YPF la solución alcanzada es más ventajosa en términos económicos que seguir adelante con el contrato.
Según su notificación a la Bolsa, YPF suscribió un acuerdo con la empresa europea “para la finalización de contratos de licuefacción de gas natural y reclamos arbitrales pendientes”. A través del mismo, explicó la compañía, “sin reconocer hechos ni derechos, se establece la finalización de los acuerdos de chárter y servicios de licuefacción de la barcaza licuefactora Tango FLNG, celebrados el 20 de noviembre de 2018, y la finalización de los reclamos arbitrales” que había iniciado Exmar y sin que esta tenga “nada más que reclamar a YPF”.
La nota de YPF, suscripta en carácter de tratarse de un “hecho relevante” de los que las empresas cotizantes deben informar al mercado, concluye explicando que la petrolera “abonará la suma transaccional total de US$ 150.000.000, con un pago inicial de US$ 22.000.000 y la suma restante se abonará en 18 pagos mensuales”.
El acuerdo celebrado por YPF en 2018 tenía una duración de 10 años, un monto total de USD 1.100 y carecía de una “cláusula de salida” o alguna herramienta para cancelarlo. Por tal motivo, para la disolución del conflicto debió recurrirse a un arreglo extracontractual, que aún con sus costos para la empresa fue más provechoso que haber seguido adelante con un negocio que, según fuentes del sector energético, no era conveniente para YPF en términos económicos y, con la aparición de la pandemia en el escenario global, se volvió inviable.
La barcaza llegó al país en febrero de 2019 y concretó su primera operación en septiembre del año pasado. Durante sus primeros 12 meses de actividad, el contrato generó 5 exportaciones de GNL, todas ellas realizadas a pérdida que según estimaciones del mercado alcanzaron los USD 145 millones y hubieran llegado a USD 800 millones de mantenerse el ritmo de operaciones hasta la finalización del contrato interrumpido.
Las razones para esas pérdidas hubieran estado presentes aún sin la pandemia ya que, según explican las fuentes, el problema estaba centrado en que el plan de la gestión anterior de YPF se basó en precios que nunca se dieron en la realidad. La barcaza genera costos operativos demasiados elevados que no pudieron cubrirse con el valor del precio internacional, mucho menos después de la caída en los valores que trajo la pandemia.
El contrato preveía un precio de equilibrio del GNL de 10 dólares por millón de BTU para poder tener rentabilidad. Hoy, el precio internacional del GNL ronda los 3 dólares y no hay factores que indiquen que pueda aumentar, ni siquiera a mediano plazo.