Es bien sabido. Los políticos en campaña procuran sumar votos de todos los sectores posibles. Entre los que se volvieron particularmente atractivos se cuentan los evangélicos, una fracción que viene creciendo sostenidamente en los últimos años al pasar de ser el 9 % de la población en 2008 al 15,3 % en 2019 (el 20 %en el gran Buenos Aires), según la Encuesta Nacional de Creencias y Actitudes Religiosas que realiza el CONICET.
Al hecho de ser pues casi siete millones de argentinos, se suma la extendida creencia de que son muy practicantes y obedientes -aunque no tienen una conducción centralizada- como se evidenció en la multitudinaria convocatoria que protagonizaron en 2018 en la avenida 9 de Julio contra la legalización del aborto ante su primer tratamiento en el Congreso que terminó naufragando en el Senado.
En su anhelo de llegar a ser presidente de la Nación, Horacio Rodríguez Larreta -como otros candidatos- puso un ojo en los evangélicos. Diego Santilli -su candidato a gobernador bonaerense- hace rato que viene tratando de pescar en esa pecera, pero ahora es el propio jefe de Gobierno porteño el que incursiona en ese ámbito y lo hace, si se quiere, de un modo más concreto, menos retórico.
El primer gran paso fue haber sumado como aliada a Cynthia Horton, una ferviente evangélica que con su partido “Más Valores” obtuvo 260 mil votos para diputada nacional en la última elección en la provincia de Buenos Aires y quedó muy cerca de entrar al Congreso. Férrea opositora al aborto, Hotton logró que muchos evangélicos la votaran, aunque no solo ellos.
Hace unos meses, Larreta le ofreció ser presidenta del Consejo Social de la Ciudad y ella comenzó allí a trabajar en una agenda que incluye, entre otras problemáticas, la asistencia ante “embarazos vulnerables” en el marco de la Ley 27.611 que se aprobó en 2020 junto con la legalización del aborto y que dispone asistir a las embarazadas y madres con niños de hasta tres años.
Hotton logró que el Gobierno de la Ciudad a través del ministerio de Salud que encabeza Fernán Quirós firmara un convenido con la Red Nacional de Embarazo Vulnerable que coordina la ONG provida “Fundación Vida en Familia” y es apoyada por la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), la mayor organización evangélica.
El convenio implica la difusión particularmente en los hospitales y centros de salud de la Ciudad de la línea telefónica 0800-333-1148 (VIDA), un servicio personalizado de contención y acompañamiento que la red ya viene prestando a las mujeres con un embarazo vulnerable y que puede llegar a evitar que la mujer se someta a un aborto.
La iniciativa fue rechazada por ser una “línea antiderechos” por varias organizaciones favorables a la intervención voluntaria del embarazo, como la Asamblea por los Derechos Humanos, regional Capital, que llegó a pedir la renuncia de Hotton. En tanto que otras agrupaciones criticaron “la tercerización de las políticas públicas”.
La funcionaria respondió a las críticas diciendo que “acá no se está discutiendo el aborto porque la ley que lo legaliza se está aplicando en la Ciudad, sino que se está ofreciendo un servicio para aquellas mujeres que quieren seguir con su embarazo como parte de una ley de asistencia que incluye un subsidio que cubre la Anses”.